martes, 21 de julio de 2009



La competencia se hace más virulenta. La carrera en busca del triunfo trae preocupaciones cada vez más externas. Detrás de sus posturas se protegen los reducidos grupos que han sobresalido en este caos del arte. El público, contempla abandonado, sin comprender, pierde el entusiasmo por este tipo de arte y, sin más, le da la espalda.
A pesar de toda esta ofuscación, del caos y de la carrera atroz, el triángulo espiritual se mueve en realidad, muy lentamente pero con certeza y fuerza inagotable,
hacia delante y hacia arriba.

◘kandinski - sobre lo espiritual en el arte.


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